Justo antes de que Robert White fuera enviado como embajador de Estados Unidos a El Salvador en 1980, asistió a una reunión del Consejo de Seguridad Nacional que incluyó una animada discusión sobre cuánto estaba arruinando el arzobispo Óscar Romero la estrategia centroamericana de Estados Unidos. Los “sermones antiestadounidenses, su politización de la religión y su incitación a la rebelión” del arzobispo habían sido señalados por una administración Carter…